Solemos decir que cuando el río suena es que agua lleva y si hasta en Nueva York ya han hablado de Hondarribia, será porque merece la pena lo que allí se cuece.
Ya desde hace muchos años sabíamos del buen comer en esta villa a nivel de restaurantes, merenderos, tabernas. Por ejemplo, es bien conocido el nombre de Ramón Roteta, clásico y elegante restaurante a la entrada del pueblo, localizado en una preciosa villa; o quién no se ha puesto morado de marisco en el restaurante Marisquería Güell, casi frente al aeropuerto en el barrio de Amute; seguro que alguno conoce a alguien que ha celebrado una boda o una despedida de soltero o comunión en el Beko Errota; la Hermandad de Pescadores en el centro, siempre hasta los topes; el Alameda, junto a la muralla. Y así otros muchos.
Ya desde hace muchos años sabíamos del buen comer en esta villa a nivel de restaurantes, merenderos, tabernas. Por ejemplo, es bien conocido el nombre de Ramón Roteta, clásico y elegante restaurante a la entrada del pueblo, localizado en una preciosa villa; o quién no se ha puesto morado de marisco en el restaurante Marisquería Güell, casi frente al aeropuerto en el barrio de Amute; seguro que alguno conoce a alguien que ha celebrado una boda o una despedida de soltero o comunión en el Beko Errota; la Hermandad de Pescadores en el centro, siempre hasta los topes; el Alameda, junto a la muralla. Y así otros muchos.
Pero lo que parece haber ocurrido en los últimos años es una explosión de locales de cocina en miniatura de excelente calidad que, junto con nuevos restaurantes sabiendo aunar la cocina clásica de inmejorable producto con las nuevas ideas, han conseguido que Hondarribia no tenga nada que envidiar a Donosti y compita de igual a igual con la capital en lo que ha gastronomía se refiere.
Sin embargo, ahora vamos a concentrarnos en locales de pintxos (si no esto resultaría un poco empachoso), y más concretamente en lo que al centro de la villa se refiere, tanto en el casco antiguo y la Alameda como en la zona de La Marina, el verdadero hervidero de la buena mesa.
Sin embargo, ahora vamos a concentrarnos en locales de pintxos (si no esto resultaría un poco empachoso), y más concretamente en lo que al centro de la villa se refiere, tanto en el casco antiguo y la Alameda como en la zona de La Marina, el verdadero hervidero de la buena mesa.
- ANCHOAS -ENBATA
La zona conocida con el nombre de La Marina es la que se encuentra entre las calles de San Pedro y Zuloaga, en el mismo centro neurálgico de la villa. Lo que encontramos aquí es una perfecta combinación de locales clásicos y modernos en toda regla. Entre los más tradicionales merece la pena mencionar “Ignacio” (fabulosos hongos), “Conchita”, “Itxaropena” (hay que probar el filete ruso), “Txantxangorri” (la gilda de toda la vida buenísima), “Maite” (excelentes anchoas fritas), “Rafael” (no os perdáis los langostinos con albahaca), “Alcanadre” (buen salpicón de pulpo a la vinagreta), todos además con las barras repletas de cosas deliciosas y una no menos tentadora pizarra de pintxos calientes.
- TXIPI A LA PARRILA CON CEBOLLA - ENBATA
Pero también aquí, en La Marina, encontramos lo mejor de la nueva cocina en miniatura, el “Gran Sol”, la “Vinoteka” justo enfrente, o algo más separado, en la esquina con Zuloaga, el “Enbata”. Ya sólo el primero reúne tantos premios gastronómicos en cuanto a pintxos se refiere que resultaría largo y tedioso mencionarlos todos. En el “Gran Sol” se recomienda probar de todo, desde el pintxo Medieval hasta el Hondarribia, pasando por el Jaizkibel, la Brocheta de Langostinos, el famoso Huevo al Oro, el langostino a la plancha sobre tomate asado con puding de cabracho y huevas de trucha (¡verdadero manjar de dioses!) o la tartita de puerro con mouse de bacalao, y eso sin contar cualquiera de los otros que se encuentran tentándonos sobre la barra del bar.
- JAIZKIBEL - GRAN SOL
Justo frente al Gran Sol encontramos la “Vinoteka”, que como su nombre muy bien indica tiene muy buenos vinos pero donde también se pueden degustar excelentes pintxos, entre los que me gustaría destacar las lecheritas y el churrasco. En la misma acera, un poco más adelante, con entrada también por la calle Zuloaga, encontramos el “Enbata”, un local amplio donde podemos comer un pintxo de anchoas de ensueño, una txistorra deliciosa con huevo y patatas o un txipi a la parrila que vuelve loco a cualquiera, pero tienen también muy buena merluza rebozada.
- HUEVO AL ORO - GRAN SOL
Si después de todo esto necesitamos dar un paseo a la vez que digerimos tanta delicia y hacemos sito para más, subamos al casco antiguo, bien atravesando la puerta de Santa María que nos da entrada a la calle Mayor o bien a lo largo de la calle de Javier Ugarte hasta el Parador Nacional situado en la Plaza de Armas. Aquí arriba encontramos principalmente locales tradicionales con pintxos típicos, eso sí, preparados con muy buena materia prima: bonito, guindillas, anchoas, pimientos, merluza rebozada. Podemos destacar en la misma calle Mayor el Etxeberria y el Ainere; en la calle Denda, el Danontzat y el Antxina en la Plaza de Armas. Y si de aquí bajamos hacia la Alameda, podemos entrar en el Larra, un local pequeño pero con una terraza cubierta muy agradable que tiene lo de toda la vida: pequeños bocadillos de tortillas variadas, pintxos de ensaladilla, txaka… eso sí, todo muy rico.
- CHURRASCO - VINOTEKA
En resumen, si entre sus aficiones está el disfrutar de la gastronomía, típica y de ensueño, en su próxima visita al País Vasco no dude en considerar seriamente pasar al menos un día por Hondarribia, o incluso por qué no, alojarse aquí y así estar más cerca de todos estos maravillosos sitios.
El Equipo de Feelfree Rentals
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